domingo, 9 de mayo de 2010

Del diseño brota el amor

El manuscrito está listo, ahora lo que sigue es el trabajo puesto en marcha del diseñador. Los aspectos que debe tener en cuenta son, entre otros, el diseño de la portada, la colocación de encabezados y pies de página, interlineado, márgenes, tipografía, cubierta de forros, tipo de papel, densidad de tinta, ilustraciones y anexos. Todo lo que haga que la publicación luzca como un banquete apetecible entre personas hambrientas. Dicen que el amor entra por los ojos, así que no es de preguntarse la cantidad de libros cuya primera carnada es su portada.

El diseñador debe conocer perfectamente el proceso de edición, así como las posibilidades financieras de la editorial en cuestión al uso de ciertos materiales en el momento de la creación del libro. El tema de la obra no debe dejarse de lado, ya que si la portada no comunica las ideas del escrito, no es posible establecer un vínculo directo entre el público y la obra. Uno no compra algo del cual no entiende su temática o no se siente identificado con.

Por desgracia, el diseñador siempre está sujeto a las posibilidades presupuestarias de la empresa, y el poder adquisitivo del público. Siempre hay que pensar en el lector. ¿De qué sirve diseñar el libro más bello del mundo, el cual está hecho de los mejores materiales, si nadie puede costearlo? Exacto, de nada.

El diseño de la portada tiene la misma importancia que el diseño interior. Es necesario que un libro proyecte unidad y originalidad. La única forma de ser original es partir de las normas de diseño y adecuarlas al proyecto en turno. Es la personalidad del texto reflejada en cada carácter, ilustración y tipo de papel.


El diseño depende del carácter de la obra. Debe ser capaz de reflejar y sintetizar todo lo que el escrito desea comunicar. El diseñador debe estar en el filo de la vanguardia, debe conocer qué tipo de materiales son mejores de acuerdo a las necesidades físicas de la obra.

Como el amor: si existe a primera vista es porque la portada es inolvidable y nos sedujo, luego, al descubrir el valor de sus ideas, atravesamos por la etapa de enamoramiento y terminamos, con las manos rendidas apresando el escrito, completamente inmersos en el amor.

• DATUS C., Smith, "Diseño del libro" en, Guía para la publicación de libros, U de G, México 1991, pp. 83-94

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