domingo, 21 de febrero de 2010

Real Academia de la Lengua Cibernética


El habla existe porque el hombre vive. El hombre vive porque el habla existe. La historia existe porque la palabra conoció a la tinta y al papel. Es la paradoja interminable de la importancia del lenguaje como la mayor de las capacidades intelectuales humanas. Sin la escritura no hay memoria histórica, no hay enseñanza, ni registro de la existencia del ser humano por el universo.

Analizar la cuestión de la escritura en un momento en el cual la cotidianeidad y la tecnología dominan sobre las normas tradicionalistas, las costumbres y los mitos, resulta una tarea compleja pero necesaria.

La palabra escrita, como se conoce desde que el hombre posó sus garras sobre papel, papiro o cualquier otro material que sirviera para el proceso de fijación, se ha digitalizado, ha dejado al papel en exilio. ¿Lo escrito será sinónimo del golpeteo certero de los dedos ante el teclado del computador? ¿Será que el libro está destinado a perecer? O deberíamos de aplicar el microrelato de Monterroso para explicar el futuro de la palabra escrita “Cuando desperté, el dinosaurio todavía estaba allí”. Escrito y extinto en un mismo relato.

De pronto toparnos con estos veloces cambios no es para nada gratuito. Matusalén, el hombre más viejo según el Antiguo Testamento (969 años), no estaría asombrado del presente de la escritura. Lo vimos venir y lo vemos ir. La digitalización es tan común que cada vez que desconocemos el significado de una palabra accedemos al sitio web http://www.rae.es/, en lugar del monolítico diccionario. Así es, REAL ACADEMIA DE LA LENGUA ESPAÑOLA CIBERNÉTICA.

Del desarrollo de la escritura, que sirvió al hombre para la formación de la sociedad desde las cuestiones políticas y la invención de la democracia, a la estructura económica y el poder simbólico de la cultura; a las tecnologías del habla como el telégrafo, el teléfono, el fax, los medios masivos de comunicación; a la expansión del soporte digital del lenguaje complementando (o SUSTITUYENDO) al sistema analógico (libros, papel, cartas). Es inevitable. No es momento para juzgar a la carrera que ya lleva ganada Twitter, Facebook o cualquier chat en donde conviven, en mismo tiempo y espacio (al menos virtual), personas de Finlandia y Uruguay, Rusia y Costa Rica, Australia y Francia. Es momento de fortalecer los sistemas de comunicación, ya sean de principio digitales o analógicos. El medio es lo de menos (mientras Maquiavelo se revuelca de felicidad en su tumba). Que lo digital contribuya a lo real.

Por cierto, todavía existen aquellos que utilizan la carta para conquistar a una mujer o recordarle a un amigo lo mucho que lo ama; todavía existen aquellos que intercambian libros si la historia es excitante o de una trascendencia que debe ser compartida; todavía existen aquellos que deciden aventurarse a conocer a la persona al otro lado del chat. Es por eso que los dinosaurios tendrán que esperar...

La escritura sólo ha entrado a la revolución de la palabra.

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